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85 chapters
Capítulo 80; Salvación.
Ana cerró la puerta tras de si, con una enorme sonrisa iluminando su rostro sintiédose satisfecha de haber cumplido con su cometido, recordó las llamas que parecían cobrar vida co los minutos, las fauces del fuego abriéndose para consumirlo todo. Mientras Ámbar quedaba inconciente en el piso, la pequeña niña lloraba con angustia y Melina gritaba aterrorizada por ayuda. En cuánto cerró la puerta, cerró los ojos.—Gracias dios por permitirme llevar a cabo mi misión..—Lo has hecho bien, Ana— escuchó la voz unto a ella— estoy orgulloso de ti, no me has decepcionado. Después de aquello corrió a su auto, debía marcharse de allí, aunque no habían vecinos cercanos, no podía correr riesgos, en cuánto abrió la puerta del vehiculo escuchó un grito que la paralizó.—¡MANOS ARRIBA, ANA THOMPSON!— la respiración de Ana se detuvo— ¡NO SE MUEVA!— maldijo cuando se giró y se encontró con seis hombres, seis oficiales de policia que corrían hacia ella empuñando sus armas, apuntandola directamente, p
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Capítulo 81; Dolorosa decepción.
Ana sintió como si le hubiesen abofeteado, el desden en el rostro de su hijo le dolió tanto o más que cualquier golpe fisico, por primera vez sintió que todo lo que había hecho, había sido un error, no se creía capaz de lidiar con el desprecio de su hijo, él era lo que más amaba en el mundo, claro, después de dios, su hijo era todo lo que amaba. —Soy tu madre— le dijo con dolor caminando hacia las rejas, se sostuvo fuertemente de ellas como si quisiera arrancarlas para poder tocar a su hijo, pero Samuel dio un paso atrás, manteniendo la distancia de ella, eso fue como una daga directa a su corazón.— ¡soy lo único que tienes, solo me tienes a mi en este mundo Samuel, yo te di la vida, yo soy tu madre!—No eres mi madre— dijo con rabia— no te reconozco, no sé quien eres, no sé si realmente siempre has sido un mounstruo despiadado o en qué momento te covertiste en ésto— la señaló con las manos, sus ojos se llenaron de lágrimas— ¡Me arrebataste a mi padre, no eres más que una asesina sin
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Capítulo 82;Dios perdone tus pecados.
Para Ana fue una noche larga, muy larga, quizás la más larga que había tenido en toda su vida, pasado el medio dia del siguiente día, un policia se acercó a su celda, golpeó los barrotes. —Arriba señora, le trasladaremos al centro penitenciario para mujeres. —¿Cómo se atreven?— preguntó indignada— piensan meterme en ese lugar lleno de mujeres pecadoras y promiscuas. —Si tiene alguna queja puede colocarselas al juez. Ahora, de pie, saque las manos que le pondré las esposas. Ana no podía creerlo, esperaba que dios la librara de aquella situación pero era obvio que no sería así.El trayecto fue triste y silencioso, se sentía abrumada por aquello, estar en una prisión nunca había estado en sus planes de futuro. La fachada del lugar era increiblemente deprimente, con tonalidades grises y blancas... La ingresaron como un vulgar reo, le entregaron un uniforme y le dieron la oportunidad de cambiarse, le quitaron sus prendas. —Necesito mi camandula — dijo cuando vio como colocaban todas su
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Capítulo 83; Un amor que vence todo.
La noticia llegó a Samuel, dejándolo en un completo estado de shock, su mare... su madre estaa muerta... y aunque él mismo le había asegurado a Ana que su madre estaba muerta para él, tener la certeza de que ahora realmente lo estaba le proporcionaba un vacio en el estómago y en el corazón. —¿Sigue allí, señor Thompson? —Si... si, aquí estoy— dijo con voz apenas audible, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas— su cuerpo ha sido encontrado esta mañana aún no sabemos si se ahorcó ó si fue una riña entre las reas, ya que se niegan a hablar. Puede venir por el cuerpo cuándo usted lo desee. —Gra... gracias...— dijo y cortó la comunicación, se dejó caer sobre el sofá con la vista en la nada, tenía deseos de gritar, de llorar, sentía como se desmoronaba por dentro pero no podía exteriorizarlo. —¡CARIÑO, YA LLEGUÉ!— gritó Ámbar al cruzar el umbral de la puerta— me fue increíble, los postres de nuestra boda serán fantas...— Samuel giró el rostro hacia ella y Ámbar dejó caer las bolsas
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Epílogo; Amar sin culpas. ❤️
Samuel gruñó al observar la ardiente imágen, Ámbar sobre él, apoderándose de su ser aprisionandolo en su interior mientras sus caderas seguían un enloquecedor ritmo, sus mejillas enrojecidas, sus rizos rebotando alrededor de su rostro, sus ojos brillando a causa del placer, su boca entreabierta dejando escapar gemidos de absoluto éxtasis, mientras Samuel con las manos en las caderas le ayudaba a mantener el ritmo. —¡OH, sI!—gimió ella mordiendose el labio inferior, sus manos fueron directamente al amplio pecho de su esposo en busca de equilibrio que la ayudara a seguirse moviendo sobre él. Éxtasis... Pasión... Deseo... Amor.... Todo en un mismo momento, en una misma situación, los gruñidos masculinos se mezclaban y acompañaban de los gemidos femeninos... y si, aunque Samuel disfrutaba de aquella posición de sumisión donde era Ámbar quién tenía el control, necesitaba desesperadamente recuperarlo, asi que en un movimiento rápido la hizo girar, Ámbar gimió de sorpresa y son
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