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Todos los capítulos de ¡He Pecado!: Capítulo 51 - Capítulo 60
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Capítulo 50; Sorpresa.
—¿EMBARAZADA?—gimieron Ámbar y Amy al tiempo, con ojos enormes llenos de dicha. —¡Si, espero que estén felices, serán unas tías muy guapas!— dijo Melina con lágrimas en los ojos y es que últimamente estaba muy sensible y no paraba de llorar, suponía que eran las hormonas haciendo de las suyas —¡Estoy tan feliz!El trío de amigas se abrazaron y las felicitaciones nos hicieron esperar, aquella tarde de amigas se había convertido en una tarde de sorpresa y celebración pues aquella hermandad tendría un nuevo miembro y sin duda era motivo para festejo.Los días siguieron pasando con rapidez y Ámbar de a poco aprendió a sobrellevar lo que le había sucedido, por fortuna la tristeza que se había alojado en su pecho había dejado de torturarla y la herida del mordisco en su hombro había sanado casi del todo, Ámbar cada vez que la miraba sentía desprecio sin embargo, lo único que deseaba era que su alma sanara así tan rápido como lo hacía su cuerpo. Se observó en el espejo suspirando, aquel
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Capítulo 51; La decisión correcta.
Ámbar sintió que su corazón se detenía y la felicidad la inundaba, Samuel había solicitado su baja ministerial lo cual solo podía interpretarse como que él había la había escogido... ¡Él realmente la amaba!, sintió deseos de llorar y correr hacia él para abrazarlo sin embargo, Samuel se giró hacia ella y la miró fijamente antes de desviar nuevamente la mirada hacia la madre quién parecía estar en un estado de shock, sus ojos estaban muy abiertos y parecía que había dejado de respirar por un instante, su labio inferior temblaba y miraba a su hijo con extrema confusión. —¿Qué?, ¿la baja ministerial?, ¿de qué estás hablando hijo?... yo no no te entiendo. —Así como lo escuchas madre, he solicitado el permiso y la aprobación de mis superiores para abandonar mis hábitos. —¡Eso no puede ser, Samuel!— Ana saltó poniéndose de pie mientras hiperventilaba— no puedes estar hablando en serio, tú no puedes dejar tus hábitos, tú eres un escogido, eres un elegido, Tú naciste para ser sacerdote
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Capítulo 52; Ratificar el amor. ❤️
Samuel respiró .tanta tranquilidad y alegría al sentir el pequeño cuerpo de Ámbar abrazado al suyo, sin, al fin había regresado a su lugar en el mundo, no queria estar en ningún otro lado, con nadie más, sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba en el lugar al que siempre había pertenecido; Los brazos de Ámbar, era su lugar en el mundo, se sorprendió ante la fuerza con la que lo abrazaba y aún más ante la fuerza de su llanto, era como si ella no creyese realmente que él estaba allí. —¿Está todo bien, Ámbar?, por favor, no llores estoy aquí— le dijo, ella se separó un poco y elevó rostro para mirarlo, Samuel se vio reflejado en aquellos preciosos ojos color miel y sintió el deseo correr por su piel— ya estoy aquí— le dije acariciando su rostro— estoy aquí amor y no volveré a irme, lo prometo Ámbar, por ahora tenemos mucho de qué hablar. —Lo sé, puedo imaginar todo lo que tienes que decirme pero, no iniciaré ninguna conversación sin que al menos me hayas dado un beso— dijo con el lab
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Capítulo 53; Piel a piel. 🔥
Aníbal estaba acostado en su cama descansando de largo día de trabajo y abrazado al cuerpo de Melina quien ya dormía plácidamente, escuchó su celular timbrar y solo rogó que fuese algo realmente importante, se sorprendió mucho al ver en la pantalla el nombre de su hijo, debía atender, si Samuel llamaba era porque era algo muy importante. —Hola hijo, feliz noche. Debo confesar que me extraña que estés llamando tan tarde pensé que te tenían prohibidas las llamadas. —Así es, pero he vuelto a la ciudad y estoy ansioso por verte. —Vaya, pero que agradable noticia— le dijo con alegría— me hubieses avisado y hubiese ido por ti al aeropuerto. —No quería alterar tus planes padre, aunque me hubiese encantado verte en el aeropuerto. Padre, tengo que verte, necesitamos hablar. —Claro que sí, tú me dices si nos vemos en la iglesia o si quieres venir mañana a la oficina. —Sabes que siempre he preferido la iglesia es el lugar con el que me he identificado toda mi vida, sin embargo, hay mu
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Capítulo 54; Amor de padre.
Aníbal se sorprendió pues de todo lo que había pensado que su hijo podría conversar con él la baja ministerial realmente no había estado dentro de sus opciones sin embargo, la dicha lo inundó pues sabía que desde niño su madre le había inculcado ese amor desmedido por la iglesia y ese supuesto deseo por querer ser sacerdote aunque Samuel nunca había manifestado que particularmente ese fuerte su deseo. Ana se había encargado de dejarle claro que esa era la única opción viable para él. Aníbal se puso de pie y caminó hasta donde estaba su hijo, dándole la mano lo ayudó a ponerse también de pie antes de darle un enorme abrazo mientras reía de felicidad. —Hijo mío realmente estoy muy feliz por ti, sé que si has tomado esta decisión es porque lo has pensado mucho así que yo no tengo que pedirte que reconsideres nada, te apoyo incondicionalmente, sé lo importante que ha sido siempre tus hábitos para ti y si has tomado la decisión de dejarlo es porque seguramente lo has pensado mucho. —As
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Capítulo 55; Votos de amor. ❤️
Ana estaba furiosa no solo con su hijo sino también con su esposo, al parecer sus hombres se habían puesto de acuerdo para desestabilizarle la vida, ¿ cómo era posible que Aníbal no la apoyaran en hacer recapacitar a Samuel, en pedirle que cambiara su opinión y se mantuviera fiel a sus votos? pero no solo eso, ¿ cómo se atrevía Samuel siquiera a pensar en abandonar los hábitos?, ¡ todo estaba mal, las cosas parecían no querer mejorar y Ana estaba comenzando a perder la cordura al ver cómo su familia se desmoronaba. —Debo hacer algo— se dijo a sí misma incapaz de resignarse al hecho de que el hijo que había recibido de manos de Dios para su servicio, se negara ahora a cumplir la misión que le fue encomendada— debo hacer algo — Anibal debia regresar a su lado como correspondia ya que era su legítimo esposo, de la misma manera Samuel debía regresar a Dios porque era muy claro que se había alejado de él, solo que no supo identificar en qué momento. A la hora del almuerzo Aníbal se e
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Capítulo 56; Un acto de amor. ❤️
Ámbar sonrió feliz no sólo porque él hubiese decidido seguir con aquel acto simbólico que ella estaba haciendo, sino también por el hecho de que se refiriera a ella como "la novia"—Por supuesto que puedes besarme siempre que lo desees— le dijo mientras le rodeaba el cuello y se acercaba hacia él, Samuel acarició su mejilla con el dorso de la mano con tal ternura que la caricia parecía el aleteo de una mariposa, los ojos de ella se llenaron de lágrimas. ¡Qué hermoso era poder amar a alguien de una manera tan fuerte como ella lo hacía con Samuel, pero la bendición era doble cuando aquel ser al que amabas con tal intensidad correspondía a los sentimientos!Por primera vez en su vida se sentía amada de una manera tan plena y tan profunda. Sus labios se unieron en un beso cargado de ternura, poco tardó Samuel en deslizar su lengua dentro de la boca de ella, hurgando los rincones de ella con tal delicia que Ámbar gimió y se acercó a él. El beso subió la intensidad y Ámbar estaba enloque
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Capítulo 57; Al acecho.
Eran aproximadamente las nueve de la mañana cuando Samuel recibió una llamada de su padre;— Buenos días hijo, ¿Cómo amaneces?— Samuel sonrió para sus adentros, quiso contestar que tras una noche en brazos de Ámbar solo podía amanecer excelentemente bien, sin embargo, aunque sabía que no era necesario limitar sus comentarios con su padre creyó conveniente no ceder a dar aquel tipo de información. —Estoy muy bien padre, ¿y tú?—Bien, bien. Te llamaba para decirte que he hablado con Melina y que hemos acordado que nuestra cena sea el día de hoy, le he explicado la situación y hemos acordado encontrarnos en una propiedad que le regalé hace un par de meses, te enviaré la ubicación por mensaje de texto y nos veremos allá a eso de las siete, espero que tengas paciencia para el viaje pues la vivienda queda a las afueras de la ciudad y decidí que fuese así para que tuviésemos más libertad y no nos sintiésemos cohibido ante la posibilidad de que alguien pueda verte. —Te lo agradezco enormeme
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Capítulo 58; Qué pequeño es el mundo.
—¿Llegaron nuestros invitados?— se escuchó la voz de Melina— querido, hazles pasar...— y así llegó a la puerta, mirando la escena. —¿Ámbar? —Meli... —¿Alguien puede explicarme que está sucediendo?— preguntó Samuel confundido— no entiendo absolutamente nada. —¡Qué pequeño es el mundo!— gimió Ámbar— ya nos conocemos, cariño. Es solo que no sabíamos en realidad quienes éramos. —No lo comprendo. —Será mejor que entremos y nos sentemos— sugirió Melina y así lo hicieron, sentándose los cuatro en la sala. —Hijo... —empezó Aníbal — ella es Melina— le tomó la mano y depositó un beso— es la mujer que amo y me alegra que al fin se conozcan. Mel, es mi hijo Samuel. —Para mi es un placer— respondió Melina con una sonrisa— estaba ansiosa por conocerte hace mucho. —El gusto es mío, mi padre me ha hablado mucho de ti. Felicidades por el embarazo. —Gracias— respondió ella sonriendo. —Melina y yo somos amigas— intervino Ámbar — nos conocimos en la universidad y desde entonces mantenem
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Capítulo 59; Decidido.
Ana pasó la mañana en su cuarto de oración, estaba pidiéndole a Dios que le dieron las palabras adecuadas para hablar con su hijo, rogando que le diera la manera más asertiva de comunicarse con él para hacerlo entrar en razón, se negaba completamente a aceptar que su hijo rompiera sus votos eclesiásticos, se negaba a quedarse de brazos cruzados mientras él arruinaba su vida, iba a dar la lucha, batallar hasta el último momento para lograr que él desistiera. Después de pasar la mañana orando decidió comunicarse con el arzobispo Miguel, él era un gran hombre de Dios y había sido un buen amigo para ella, lo conoció cuando aún era muy joven y rogaba constantemente a Dios porque le diera el milagro de un hijo. Decidida a solicitar su ayuda optó por llamarle. Tres veces repicó el teléfono antes de que un hombre le atendiera y ella informará de quién era y su necesidad de hablar urgentemente con él arzobispo. —Ana, querida hija... — respondió el hombre con afecto —¿Está todo bien?
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