24. Ilusiones.
Con ese adelanto de dinero que pidió, logró pasar por el supermercado comprando la lista que su abuela le envió en el día, además que ese día quiso celebrar con su familia lo bien que las cosas estaban saliendo así que pasó buscando un pollo asado con soda grande. Llevaba un extraño cosquilleo en su panza y se siente como sumergida en sus pensamientos, aunque esos mismos solo tienen un protagonista, su jefe. Sabe bien y desde el primer momento que fue contratada, se hizo el recordatorio, que no había ninguna razón para confundir la cercanía de ese apuesto hombre. No solo era su jefe, era el padre de esas niñas que cuida y quiere mucho, además que confundirse en sus pensamientos, en emociones que no deberían de surgir bajo ninguna circunstancia, era algo que no se podía permitir. Comprende que, si se deja llevar por las emociones, podría terminar confundiendo todo. El es un hombre viudo, que ahora mismo se está dedicando a sus hijas, a su empresa que quiere recupe
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