CAPÍTULO 62. ¡POR FIN!
La habitación del hospital estaba sumida en la penumbra, solo iluminada por la luz tenue de las máquinas médicas. Jack estaba sentado en uno de los sillones, con la cabeza apoyada sobre la cama donde Amber seguía inconsciente. La respiración de Davis era tranquila y rítmica, indicando que el agotamiento lo había vencido, finalmente se había quedado dormido, encontrando algo de descanso después de horas de preocupación y espera.Aún en aquel recóndito sueño, ella aparecía en sus sueños, sonriente, dulce, cálida, cariñosa, apasionada, aguerrida, todo lo que ella representaba en su mundo y en el de su hijo, en la pequeña familia que los tres formaban. Aquel momento que vivieron en los viñedos apareció, justo en el momento crucial, cuando ambos intercambiaron aquellas alianzas con forma de infinito, en la que se prometieron estar en la salud y en la enfermedad, jamás se apartarían el uno del otro, es así como Jack estaba a su lado, por aquel amor que lo desbordaba, sabía que si algo le
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