—Me amas y por eso lo dices, hermosa, el amor nos hace perfeccionar, ignorar, y... tú lo sabes amor, sabes lo que quiero decir.—¡Hmmm! Sí, puede ser, pero en realidad lo eres, y tú sabes, tengo un hombre muy apuesto, sexi y por supuesto muy atento.Sonreí de nuevo y con su rostro entre sus manos, me miró, suspiró, estaba tan enamorada como lo estaba yo, eso era evidente, el modo en que me miraba.—Te amo Isaac Olson, mi pianista y compositor favorito, te amo mucho, estoy muy feliz por tú compañía.—Te amo Ángel, y no tienes ni que decirlo, me encanta pasar tiempo contigo, me encanta como me miras, saberme dueño de tú corazón.Ella sonrió, me hizo muecas, intentándomelo los gestos que hacía con su rostro, me parecían de lo más gracioso, me gustaba verla feliz, disfrutaba de ello y por supuesto también me sentía dichoso, feliz.—Cancelaré la cuenta y nos iremos, amor, espérame aquí iré a cancelar no quieres comer algo más así —dije bromeando, pues me parecía que había comido lo suficie
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