—¡Entendido!Los técnicos de fondo ingresaron una serie de códigos con gran agilidad y, en un instante, los tres unos de Lorenzo se voltearon, convirtiéndose en dos cincos y un seis.Después de completar sagazmente esa tarea, Ismael levantó la cabeza con total confianza y dijo con una sonrisa:—Bien, ahora ambos lados pueden mostrar sus números de dados. Señor Reyes, como retador, ¡por favor, comience usted!En un instante, todas las miradas se posaron sobre él. La expectativa era muy palpable, con muchas personas secretamente esperando qué grandes sorpresas traería ese misterioso maestro.—Está bien.Con calma total, Lorenzo levantó la tapa de su cubilete, pero el resultado dejó a todos completamente atónitos.—¡Cinco, cinco, seis!La multitud estalló en gran alboroto, incapaz de creer el resultado.—Pensé que al menos sería un conjunto de dos.—¡Quién hubiera pensado que sería la segunda mayor combinación de números!—¡Vaya! ¿Un verdadero maestro misterioso? Parece que todo es solo u
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