—Tío, no importa cuánto dinero hayas recibido de la familia Castañeda, ni cuánto quieras halagarlos a ellos, ¡nunca voy a estar de acuerdo con este asunto! Mientras yo siga siendo el gerente ejecutivo del grupo Prosperidad, ¡la fórmula de belleza no será compartida con ninguna otra empresa! —declaró Yelena con gran determinación.Luis se enfureció al instante, su rostro palideció de rabia.—¡Maldita sea, me estás difamando! ¿Cómo te atreves, bastarda...?Yelena no se volteó ni una sola vez, se marchó de inmediato, ignorando por completo los insultos del otro.Mientras tanto, Lorenzo justo llegaba para ver qué estaba pasando. Se encontró de frente con Xavier y Luis.Al ver a Lorenzo, ambos mostraron un desprecio evidente en sus ojos.—¿Otra vez tú, despreciable? ¿No puedes trabajar decentemente para tu jefe, y qué haces viniendo aquí?—Ay, hoy tengo muy mala suerte, ¡encuentro a dos perros con solo pasear! Y además son de la peor raza, ¡puaj!Lorenzo bostezó con desdén, ignorando a los
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