—No puedo creer que, con tus excepcionales habilidades médicas, no puedas darte cuenta de que he puesto el polvo del alma perdida en la bebida. ¡Una vez que lo tomes un poco, estarás bajo mi control total durante al menos doce horas! —sonrió con gran satisfacción Gabriela.—Así que, en términos de habilidades médicas, ¡soy muy superior!A Gabriela no le importaba su reputación. ¡Ella era una fanática devota del camino médico! ¡Estaría dispuesta a sacrificarlo todo con tal de llevar sus habilidades médicas al máximo, incluyendo su propio cuerpo!—Ahora, ¡debes venir a la cama conmigo para que pueda controlarte por completo!Guió Gabriela a Lorenzo hasta un hotel cercano ¡donde ya había reservado una habitación con una cama grande para dos personas! Con cortinas rosadas, lámparas colgantes muy cálidas, el ambiente estaba cargado de total insinuación.—Ahora, cariño, ¡es hora de que te quites la ropa! —dijo Gabriela mientras se quitaba la chaqueta, dejando solo un delicado sujetador blanc
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