"¡No! ¡No! ¡Mamá!" arguyó Annika, agarrándome del pelo mientras la niñera tiraba de ella. Por mucho que no quisiera dejarla ir, tampoco debería estar aquí para esto. Pasara lo que pasara, se derramaría sangre y no la dejaría traumatizada así. "Ve, dulzura. Sé buena con tu niñera. Mamá llegará pront
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