Mordí el bocadillo despacio y con cuidado, tomándome mi tiempo para saborearlo de verdad, pero por mucho que lo intenté, mi estómago no aguantó. Aún no quería irme a casa. No sabía adónde ir. Estaba intranquila, perdida en el bullicio del mediodía.Me sentí culpable por no pensar en algo más interes
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