Al escuchar esa voz, Bella levantó la mirada de inmediato.Fuera del reservado, un hombre vestido como un supervisor guiaba respetuosamente a Pedro.Él llevaba un elegante traje negro hecho a mano, con una simple camisa blanca que acentuaba su porte, refinado y atractivo.Quizás sintió la mirada de Bella, sus ojos se volvieron hacia ella.Al encontrarse sus miradas, Bella recordó aquella noche en la que había actuado de manera impulsiva y desvió la vista.—¿Pedro?Exclamó Manuel, sorprendido al verlo.Pedro dirigió su mirada hacia Manuel y, con tranquilidad, preguntó: —¿Qué hacen ustedes aquí?—He venido a ver a la mejor amiga de Elena, deberías conocerla, es Clara —respondió Manuel.Fue entonces cuando Pedro se fijó en Elena y Clara, saludándolas de manera cortés: —Hola señorita Rodríguez, señora Moreno.Elena asintió con dificultad, mientras que Clara, con amabilidad, dijo: —Señor Romero, cuánto tiempo sin vernos.—Si no le importa, podría quedarse a cenar con nosotros —invitó Clara.
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