—¿Él? —Uriel abrió los ojos, sorprendido.Cuando se dio cuenta, sacudió la cabeza con una sonrisa y dijo: —Capitana Zumbado, por favor, deja de bromear.—Exacto, ¡es imposible que sea él! —Triana lo negó rotundamente, mostrando un desdén intenso en su tono—. ¡No le tocaría a él ni aunque todos en l
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