Valentín se volvió para volver a ser una persona normal, pero de repente vio, de reojo, que la figura pequeña parada bajo la lluvia se desplomaba de repente, cayendo hacia el suelo.Valentín no sabía qué pasaba, pero sus pasos, que ya habían cambiado de dirección, se volvieron bruscamente hacia atrás. Sus piernas reaccionaron más rápido que su cerebro, y corrió hacia adelante a grandes zancadas, agarrando a Camila, que estaba a punto de caer al suelo.Camila tenía los ojos rojos y bien abiertos, pero su visión ya estaba borrosa. Instintivamente, abrió el paraguas que la cubría, y miró fijamente al recién llegado, sin saber quién era. —¡Los odio! ¡Los odio a todos!—Realmente no sabes apreciar a las buenas personas. Solo estaba tratando de ayudarte— dijo Valentín, mientras sus cabellos cuidadosamente peinados eran empapados sin piedad por la lluvia. Recogió rápidamente el paraguas del suelo y, de paso, desahogó su frustración. Cuando volvió a mirar hacia abajo, se dio cuenta de que ell
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