El abuelo tomó la mano de Aurora, sus ojos, que rara vez lloraban, también se humedecieron ligeramente. —No llores, el médico dijo que ahora tienes que cuidarte bien para mantener al bebé. Aurora, ¿no sería mejor no divorciarse?—¿No divorciarnos? ¿Crees que todavía hay alguna posibilidad de felicidad entre él y yo?Ella se secó las lágrimas de los ojos y una sonrisa irónica apareció en su pálido rostro. Con Jazmín entre ellos, un hijo, y todas las desconfianzas, ¿cómo podrían ser felices?Con su pregunta, el abuelo se quedó sin palabras. Sí, podría hacer que Ezequiel se alejara de Jazmín, pero el niño tenía la sangre de los Mendoza corriendo por sus venas. Ezequiel no podría simplemente ignorarlo.—Abuelo, en el matrimonio, no basta con que yo lo ame.Aurora apretó los labios después de hablar, desde que era una niña, había estado enamorada de Ezequiel, y con el tiempo, ese amor se había convertido en algo más profundo. Pero ahora se daba cuenta de que él no la amaba. Incluso si sacr
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