Unos segundos después Jye observaba el pequeño tubo que había en la cómoda de Steff. Ni por asomos era o iba a ser de color azul. Las instrucciones en el test que él había comprado ponían que azul era positivo cuando había un embarazo; si no se modificaba, negativo. Steff lanzó un grito y se soltó de la mano de él. La desesperación que Jye vio en su cara fue como una daga clavada en su corazón. Trato de calmarla de la mejor manera que se le ocurrió. —Steff, está bien —se apresuró a decir—. El color es claro. ¿Lo ves? —alzó la evidencia—. No estás embarazada. Para ello, se tendría que haber puesto azul. —¡Lo sé! —espeto ella. —¿Lo... sabes? Pero... pero estás llorando... no lo entiendo. —¡Claro que no! Como podrías entender eres Jye. Tú nunca quisiste tener hijos; sin embargo, yo quiero ser madre desde que tengo memoria —sollozó—. Quería tanto tener este bebé. —Oh, cariño, tranquila... Eso no significa que no podrás tener hijos en el futuro. Demonios, sólo tienes veinti... —¡No te
Leer más