—Lo siento, pero no voy a irme, no voy a huir, no le echo nada a la mujer esa, me quedaré aquí, se supone que las parejas se apoyan en las buenas y malas. Además, en pocos días voy a empezar con la especialización, tengo los controles del embarazo, podemos pedir una orden de restricción y quedarnos aquí, padres pueden quedarse con nosotros, Dan y yo los necesitamos.—Hija, en lo del apoyo mutuo tienes razón, pero no podemos quedarnos, tenemos que regresar al pueblo, tus tíos no pueden quedarse mucho tiempo cuidando nuestra casa, si vas con nosotros no será por mucho tiempo —dijo mí madre—. Walter dile algo, sabes que tu hija cuando se le mete algo no hay poder humano que la haga cambiar de parecer. ¿puedes decirle algo?—Hija, te apoyaré en la decisión que tomes, si la mujer está molesta no le importará ir donde sea para lograr su objetivo —dijo mi padre.—¡WALTER! —exclamó mi madre—. Deberías decirle algo para hacerla entrar en razón, no apoyarla, no es solo su bienestar, está en rie
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