—Sí, sí, muchas gracias, señor Ramos.Ana asintió con la cabeza sin pensar.De hecho, entendió muy bien lo que quería Francisco, aun así no rechazó.En lugar de la castidad de su hija, le importaron más los lazos verdaderos con la familia Ramos. Era mejor que Alicia estuviera embarazada, por eso, l
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