—Yo no puedo pagar esto... —balbuceó asustada. —Tranquila, lo estoy pagando yo. —Eso no está bien... ¡ni siquiera te conozco! —exclamó ella. —Pues no dejes que el médico se entere, porque viene por ahí —le advirtió James y en efecto, un segundo después el médico les sonreía. —Señorita Grant, ya
Leer más