Susana sonrió con una ceja levantada antes de sacar un cheque de su bolso y empujarlo delante de Lorena.Le siguió una mirada de desprecio, mirándola con un desdén condescendiente:—Sé que necesitas dinero, tómalo todo y vete de aquí.Espero que te quedes tan callada como muerta y no vuelvas a aparecer, sólo eres una pequeña empleada de origen humilde, ¿cuánto tiempo necesitas para ganar un millón?Lorena frunció los labios, con la mirada indiferente mientras contenía al extremo sus emociones, con el ceño fruncido:—¿Te dio Juan el dinero? ¿Cómo te atreves a sacar sólo un millón para seducirme? Realmente tienes que enriquecer tus experiencias.Miró el cheque y se levantó orgullosamente, lo rompió lentamente, arrojando los trozos con fuerza a la cara de Susana, con voz fría hasta los huesos.—¡Susana, aléjate de mí, me temo que no puedo evitar matarte!Susana se puso de pie, furiosa y molesta, cambiando la cara:—Lorena, regalo o castigo, depende de ti. Eres una tercera entre nosotros,
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