La voz de Bella era aguda y penetrante, se había contenido hasta el extremo de contenerse hasta ahora y no tener un ataque en el sitio de fuera, y ahora por fin no podía contenerse.El rostro de Susana se puso blanco, sus pupilas se cerraron de repente y su delicada voz adquirió un tono sollozante:—¿Bastardo? Pedro es hijo de la familia López, ¿cómo no te confías de mí y de Juan?Dijo, con las lágrimas a punto de caer.Bella miró al Pedro, que parecía su hijo, con mucha diarrea.Sólo porque el niño se parecía a Juan, ella no tenía ninguna duda de que era de Juan.Pero no había sido hasta ahora, cuando le había llegado una prueba de paternidad, cuando se había dado cuenta de la estafa que era.Bella apartó los ojos con disgusto y miró a Susana, que seguía empeñada en fingir suavidad, con enfado.—¿Sigues sin admitirlo, puta?Juan tomó la palabra para detener el abuso verbal de Bella:—Mamá...Susana, con lágrimas cayéndole de los ojos, corrió hasta los talones de Alejandro y se medio a
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