Su rostro era pétreo a pesar de sus cortas palabras.Lorena frunció los labios y se acercó para colocarse detrás de él, apretándole suavemente los hombros.—Miguel sabía el secreto de Polo, Polo trató de matarlo, y ahora que Polo está muerto, seguro que hay lío por ahí. Papá, quiero ir a buscar a Miguel.Los ojos de José se abrieron de golpe y se negó con decisión.—No, ¿cómo puedes irte cuando sabes lo peligroso que es?—Papá, no podemos esperar más sin hacer nada, si dejamos que se recuperen, Miguel seguirá en peligro. Voy a buscarlo yo misma, para bien o para mal.El rostro de José se endureció fríamente.—No, Lorena, tú eres mi única hija, ¿qué haremos tu mamá y yo si te pasa algo? Voy a buscarlo, ¡tú quédate con tu mamá!Lorena dio un ligero respingo y suavizó la voz, diciendo pacientemente: —Papá, estaré bien. Además, si te vas, seguro que mamá te seguirá y entonces estaremos todos liados.Lorena no paraba de hablar, pero no conseguía desanimar a José.Pero ella ya había tomado l
Ler mais