Estoy lista, me observé en el espejo, estaba hermosa, elegante, se pusieron detrás todas ellas y nos tomamos fotos, ahora sí, la voz de todas. —Vámonos, los novios están esperando ya, deben estar ansiosos Juddy y yo nos reímos, nos subimos cada quien en un auto, en el camino miraba el pasar de los edificios, mi mente rebosante de ideas de sentimientos cuando divise la catedral, había gente, periodistas, mi padre estaba esperándome parado en la parte de afuera de la iglesia, sonriente, un jovencito vestido de blanco abrió la puerta, mi papá me dio la mano para salir, los flashes de las cámaras eran por doquier, se fue mi auto llego el otro y salió Juddy de allí, su padre también le dio la mano para salir y ambas entramos por el umbral de la puerta de la catedral. La canción matrimonial comenzó y muy despacio caminamos hacia el altar y allí estaba mi bello hombre todo guapo, con su traje negro, su camisa blanca, su corbatín negro y lo demás se lo veía feliz, su sonrisa mirándome toda,
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