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Todos los capítulos de Me perteneces, pequeña: Capítulo 11 - Capítulo 20
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CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 10 Bajo la mirada hacia el suelo cuando veo el espectáculo que Sergei Russo le está dando a mi vista. Paso saliva al observar como desliza la tela de su camisa húmeda por encima de su cabeza. Miles de ideas locas se asoman delante de mí y retrocedo para no caer en ellas. Su ceño se frunce un poco y brinco al sentir sus manos pasar por aún lado de mi cuerpo. Abro los ojos con exageración al percatarme que ha tomado la prueba de embarazo. —Odio las mentiras, Dara Smirnov y si estuviésemos en mi mundo te podría de rodillas para castigarte como te mereces por esta ofensa.—aprieto las piernas porque esto en vez de darme temor lo que hace es motivarme a sentir lo que el italiano tanto habla—¿Negativo?—hago el amague de quitárselo, pero sube la mano bloqueando todos mis intentos de persuasión—¿Qué hubieses hecho si salía positivo? ¡Venga! Ni yo misma había llegado hasta allá, es más siendo sincera conmigo misma no sé qué hubiera hecho si esa m*****a prueba salía positiva. Quizás m
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CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 11 Sus ojos azul zafiro me comen viva. Sus manos agarran con fuerza mis muñecas y esa sonrisa ladina que tiene en sus labios me dice que estoy metida en serios problemas. Escucho a la abuela otra vez llamarme y conociéndola como la conozco sé que si no salgo ahora es capaz de volarse el arbusto solo para saber lo que estoy haciendo. Intento colocarme en pie, pero Sergei me bloquea el paso, le abro los ojos para que sepa que este juego no me está gustando. Si alguien me llega a ver con él aquí mismo, ninguno de los dos la vamos a contar. Escucho los juegos artificiales que anuncian que algunos minutos mi tía Artemisa partirá la torta de cumpleaños y más loca me vuelvo. —Suéltame—interfiero lo más serena posible; ahora lo último que deseo es que media fiesta se entere de que este magnate italiano me tiene prisionera entre sus brazos. Jalo mi brazo, pero afirma una vez más. Estoy perdiendo la poca calma que tengo y estoy a nada de mandar todo a la misma m****a.—Suéltame o grit
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CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 12 Vuelvo a marcar al móvil de mi hermana y de nuevo salta a buzón. Han pasado veinticuatro horas desde que Gabriel se la llevó y la familia no ha dado con su paradero. Me muevo inquieta alrededor de la sala de mi apartamento pensando en qué lugar de toda España ese psicópata se ha llevado a mi gemela. Papá me llamó un par de veces para decirme que todo estará bien. Que ese imbécil no será capaz de tocarla, pero he visto algo en sus ojos. Algo en ellos que me dice que Ford realmente no está bien de la cabeza. Así que si, si temo por la vida de Sandara. Desde ayer no tengo noticias de Sergei, estas cuatro paredes ya me están inquietado, así que me dirijo al baño, me aseo un poco, busco ropa de oficina y me largo para Globe Tecnology Inc. Estamos a nada del lanzamiento del nuevo producto de la compañía y con lo que le pasó a mi hermana lo mejor es que tenga la mente despejada. Tomo un pedazo de tostada de pan integral de uno de los estantes de la cocina y le unto un poco de ma
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CAPITULO 13
CAPITULO 13 ¡Dios santo! Si acaso me escuchas ten piedad de mi alma, giro mi pie derecho para darme media vuelta y huir de aquí, pero el pecho duro y musculoso de Puerto me detiene. Alzo la cabeza para encontrarme con esa sonrisa ladina que dibuja en sus labios cada vez que me va a meter en problemas. Toma mi brazo con tanta familiaridad y miro para todos lados en busca de alguien que nos esté viendo y gracias al cielo todos están ocupados en sus quehaceres laborales. Me echo hacia atrás y aprieto los párpados al reconocer la loción de Miguel. El italiano sigue ejerciendo presión sobre mi piel. Tiro del agarre—Entonces quedamos así, señor Russo—el abuelo tiene el entrecejo arrugado y la mandíbula tensa. —¿En que quedamos?—¡Por los clavos de Cristo! El magnate suelta la pregunta de la nada solo para fastidiarme, Miguel se cruza de brazos y ahora sé que estoy metida en semejante lío.—Oh…Lo siento en eso quedamos…—usa un tono de voz sospechosa, le hago una mueca con la cara con algo de
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CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 14 SERGEI RUSSO Cada parte de ella me fascina y me vuelve loco, le he dicho sobre esta absurda puesta que ni loco pienso perder. Ella es mía y solo mía y jamás podría compartirla con ese pedazo de niño que no tiene comparación con un hombre como yo. Observo de más su perfecto culo mientras entra a la compañía de mi familia. Sus aires de grandeza y superioridad me han vuelto adicto a ella. Adoro que sea tan rebelde y que me lleve la contraria porque eso me dan más ganas de dominarla y tenerla solo para mí. Sale del ascensor distraída y solo siento como cae contra mi espalda, sus mejillas sonrojadas me prenden y ni ella se imagina cuanto daría por subirle esa m*****a falda y clavarme dentro de su coño hasta que cada parte de su cuerpo grite mi nombre. Suprimo este deseo infernal y sé que al tomarla entre mis manos como lo estoy haciendo ahora sería como firmar mi sentencia de muerte. Los empleados saben quien es ella y que seria capaz su abuelo para alejarla de mí. Es por eso
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CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 15 He empezado a beber desde temprano, sé que para esta hora Alexander debe de estar contándole a mi familia lo que vio el día de hoy en su oficina. He intentado controlar mis impulsos y todo parece tan en vano. Ya me imagino a mi madre decirme que soy una vergüenza para la familia. Saco la botella de vodka del mini bar en mi sala y brinco al escuchar el timbre de la puerta sonar. Maya, mi mejor amiga me queda viendo y alza los hombros porque al igual que yo no sabe quien ha llegado hasta aquí y siendo sincera no tengo ánimos de atender a nadie. Me tambaleo de un lugar a otro mientras que con mi mano izquierda afirmo el agarre del cristal de la botella para que no se me resbale de las manos y termine cometiendo una tragedia. Parpadeo al ver al Thomas de pie del otro lado del marco de la puerta. Lleva la guitarra que usa para sus conciertos desde que lo conozco y sonríe de lado a lado apenas me ve. —¿Qué haces aquí?—lo señalo con el dedo—Perdón…—me sostengo de la pared, el c
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CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 16 Le niego para que sea lo que sea que esté pensando, lo desista ahora mismo. Su mano derecha se desliza delicadamente por mi espalda y aprieto los ojos por las cosquillas que se van acumulando en mi vientre bajo. Me muevo para salir de mi habitación cuando estoy completamente vestida, pero uno de sus brazos bloquea mi paso. Esa sonrisa llena de maldad se vuelve a formar y aunque intento ignorarlo, algo dentro de mí me dice que esta noche no va a terminar muy bien que digamos. Sacudo mis sábanas y acomodo unos cuantos libros que tengo en una pequeña biblioteca dentro de mi cuarto ya que soy una maniática del orden y me vuelvo peor cuando estoy nerviosa. Sergei se saca los botones de su camisa y sé que esto va muy enserio. —Dara…—es de nuevo Thomas—¿Por qué no me respondes? ¿Puedo entrar? ¿Estás sola?—mis ojos se centran en la lengua del italiano dejando una capa fina de saliva sobre sus labios gruesos y rosados, lleva la esquina de su boca a un lado logrando que los vellos
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CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 17 SERGEI RUSSO Soy un hombre en todos los sentidos de la palabra y sé que darle un golpe a este niño me dejaría muy mal parado, pero lo único que veo delante de mí es un pequeño gilipollas que quiere llamar la atención de chica a su lado y sin duda alguna ya me pertenece, aunque esto me haga sonar como un verdadero cabrón. Maya responde a su pregunta y el movimiento involuntario de sus manos me hacen ver que esta pregunta la incómoda demasiado. ¿Hasta qué punto quieres llegar, Thomas? ¿Qué es eso que tanto deseas que aún sigues aquí? Respiro pausadamente y bebo una y otra vez de la botella de vodka que está a mi lado. Mi pequeña mujercita me observa con esos ojos verdes que me la ponen dura de solo pensar en estar viéndolos mientras la embisto ella debajo de mí. Me muevo un poco para que nadie note la prominente erección que se me ha empezado a notar detrás de la tela de mi pantalón. Todo empieza a darme vueltas y termina empeorando cuando veo el resultado del juego de Da
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CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 18 No sé qué carajos estoy haciendo con mi vida. No sé hasta dónde voy a llegar con Sergei. No sé qué sucederá de ahora en adelante. Me levanto de mi cama dispuesta a tener un nuevo día. Uno productivo en donde lo último que vea sea a ese magnate italiano. Creo que ya es hora de ejercer distancia con él antes de que esto se nos salga de las manos. Quisiera decir que será fácil hacerlo, pero claramente no lo va a ser. He intentado no verle ni recibir sus llamadas, ¡Pero vamos, es un Russo! Aunque intente esconderme en el lugar más remoto del mundo, sabría que podría encontrarme. Es difícil realmente difícil huir de él y mucho más cuando cree que es el dueño de mi vida. He pasado por malos y buenos momentos desde que Liam y yo terminamos. Sus padres tuvieron que dejar el país por la vergüenza que les hice pasar en el aniversario de los abuelos y si le lo llegan a preguntar lo volvería hacer una y otra vez. Con un Smirnov nadie se mete. Abro el cajón en donde están mis medicam
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CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 19 No puedo negar que las palabras de mi abuelo me llenaron el alma. Hasta hace pocos días pensaba que era una vergüenza para él, pero ahora sé que es todo lo contrario. Me cree fuerte. Decidida. Capaz y sobre todo sabe que daría cualquier cosa por mi propia sangre. Organizo algunas carpetas antes de salir a la mansión en donde vive el magnate italiano. Han sido unas semanas con mucho trabajo y de solo pensar que falta tan poco para el lanzamiento del nuevo producto de nuestra compañía, me vuelvo histérica. Espero el próximo año volver a la universidad ahora entiendo que todo lo que hice estuvo muy mal, pero de cierto modo no me arrepiento de algo. Mi apellido se respeta. Muevo las pestañas de arriba hacia abajo al ver a la mujer que me trajo a este mundo de pie bajo el marco de la puerta. Para Mía Smirnov los años no le pasan encima. Sigue siendo la misma mujer dulce y delicada que me guio cuando tan solo era una niña. Fue quien me dio su amor cuando creía que no era igual
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