Las manos de Mía tiemblan, su angustia es inevitable y más, al ver cómo Liam se acerca a su padre y el anciano al verse acorralado, se arrastra por el suelo, retrocediendo. —¿¡Cómo te atreviste!?— la voz de Liam, es más gruesa, es intimidante, ver a su padre le repugna el alma—¡No puedes asesinarme!— el Rey Blackmoon, intentó colocarse de pie, pero Liam, le dió una patada en el estómago que le hizo perder el aireCuando Mía observa que saca su espada filosa, grita —¡No por favor! ¡No te ensucies las manos con ese maldito Rey— se acerca a Liam —¡No me hables Mía!— Liam está cegado por la rabia, la sangre le hierve, y quiere ver sangre, quiere matarlo por meterse con su loba, por lo que alza su mano, y Mía no tuvo opción que intervenir, colocándose en medio de ambos —mírame, estoy bien, me has salvado, corazón, no cometas una locura— súplica, pero Liam está endemoniado, su lobo Federi, está listo para ver sangre, para darle el poder a Liam de acabar con un Rey, su padre, su propia sa
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