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Todos los capítulos de Watanabe chan: Capítulo 61 - Capítulo 64
64 chapters
Esa condenada me va a matar
Capítulo 61—¡No aguanto más!Eso le gritó a su hermano por teléfono. Ran no podía plantarse en la oficina de Azaki porque aún mantenía su anonimato. Solo el jefe de seguridad de la familia sabía que estaba de vuelta, porque era imposible ocultárselo. El hombre sospechó desde que Azaki Masaharu le ordenó dejar de buscar a su ex jefe. No tardó mucho en descubrirlos a ambos, hablando en una cafetería con pretensiones de que nadie reconociera a Ran. Pero ni usando gorra, gafas y mascarilla se podía ocultar del hombre que trabajó para él por casi media vida. El hombre, inexpresivo, se emocionó al verlo, por fin, sano y salvo. Se acercó a la mesa y no dijo nada, solo se inclinó ante su jefe y dijo que se alegraba de verlo. A continuación se distanció y se colocó como siempre al servicio y cuidado de los CEO. Azaki y Ran lo miraron alucinados. Ese hombre era lo más. Aun así, Ran seguía manteniéndose al margen de la sociedad. No quería, ni le apetecía
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Bienvenido, hijo
Capítulo 62Lo que no se esperaba era que el CEO le pidiera sentarse un momento porque tenía que hablar con él seriamente. Azaki lo miró dudoso. Él sabía lo de Tara, pero también conocía el hecho de que ella había pedido a su amigo que no dijera nada. Ran en principio le había respetado eso, pero desde que conoció a su hijito y entendió lo que era ser padre, le pareció un error tener a Raúl ignorante de eso. Le contaría todo y que el chico decidiera lo que quería hacer. Lo único que no le iba a permitir era dañar más a su amiga. —¿Tengo una hija con Tara? —inquirió Raúl, incapaz de ocultar su conmoción.—Sí, eso es lo que dije. Ya te conté cómo la encontré en Osaka. En aquel entonces aún estaba embarazada —dijo Ran.—Pe… pero… ella se fue sin decirme nada ¿Por qué? —No le parecía bien que se hubiera desaparecido llevándose a su hijita. ¿Acaso esa mujer creía que él era un monstruo insensible y no iba a hacerse cargo?—¿Por qué crees? Ell
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El amo de casa
Capítulo 63Y así fue que esta vez el esposo pasó a vivir con su esposa, en su casa y sus términos. No había más opción. Ella era la que salía a trabajar cada día mientras él se quedaba en casa haciendo las cosas y cuidando del niño.Aiko había terminado la pasantía con excelentes calificaciones y ahora era una de las principales ejecutivas de cuenta de la firma Watanabe. Un valor en alza, decían los socios de su padre, haciéndolo sentir muy orgulloso. Ran por su parte, también se sentía enorgullecido de su linda esposa y le importaba poco ser el que se quedara en casa. Muchos años pasó trabajando y siendo un hombre relevante de la sociedad empresarial japonesa. Ya no quería eso, ni lo necesitaba. Él solo quería a su Watanabe.Las noches ya no eran una tortura, pues desde el momento en que se mudó a la mansión de sus suegros proclamó su derecho a tener a su mujer por fin. Y vaya si la tuvo. Toda la noche en todas las posiciones posibles que se le ocurriero
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Epílogo
EpílogoAiko estaba embarazada de nuevo. Era el tercero y ella lloraba como una niña chica. Siempre empezaba así, llorando, hasta que el subidón de hormonas se estabilizaba un poco, aunque eso no pasaría hasta al menos entrado el tercer mes de embarazo, suspiró Ran. Él era feliz con su nuevo niño. Lo fue con el segundo, Hiro, que ya tenía tres años. Take, cinco. Ellos eran su vida y la luz de sus días. Después de nacer el segundo hijo, Ran volvió a trabajar de nuevo. Estaba bien con su papel de padre y amo de casa, pero necesitaba llenarse con otras cosas también. Su esposa era una gerente exitosa. Él se encontraba bien con ser un ejecutivo del área de marketing, con horarios fijos que le permitían salir a su hora y volver a casa con los pequeños y su esposa. Tenía secretarias, pero por el bien de su salud mental y su imperfecto matrimonio, solo escogía a mujeres de cierta edad que no fueran a insinuarse, ni a tener comportamientos de según qué
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