EpílogoAiko estaba embarazada de nuevo. Era el tercero y ella lloraba como una niña chica. Siempre empezaba así, llorando, hasta que el subidón de hormonas se estabilizaba un poco, aunque eso no pasaría hasta al menos entrado el tercer mes de embarazo, suspiró Ran. Él era feliz con su nuevo niño. Lo fue con el segundo, Hiro, que ya tenía tres años. Take, cinco. Ellos eran su vida y la luz de sus días. Después de nacer el segundo hijo, Ran volvió a trabajar de nuevo. Estaba bien con su papel de padre y amo de casa, pero necesitaba llenarse con otras cosas también. Su esposa era una gerente exitosa. Él se encontraba bien con ser un ejecutivo del área de marketing, con horarios fijos que le permitían salir a su hora y volver a casa con los pequeños y su esposa. Tenía secretarias, pero por el bien de su salud mental y su imperfecto matrimonio, solo escogía a mujeres de cierta edad que no fueran a insinuarse, ni a tener comportamientos de según qué
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