Lawrence llamó a una ginecóloga, estaba afuera de la habitación, la doctora revisaba a Liv. Su madre lo observó, estaba muy molesta. —¿Qué significa esto, Lawrence? Dime si lo que Rentada dijo es verdad, ¿el hijo que espera esa joven es tuyo? —Es mío. Su madre le miró perpleja. —¡Dios mío, Lawrence! Debes hacerte cargo de ese bebé, no puede crecer sin un padre, no puede tener tu mismo destino, debes casarte con ella, no puedes negarle tu amor. Lawrence bajó la mirada. Su madre se alejó de él. Sin embargo, le informaron que había un hombre que la buscaba, la mujer se encontró con Demetrius Vicent. —¿Usted aquí? —Por favor, quiero hablar no con su hijo, sino con usted. Ambos deambularon por el jardín, hablaron. Ella le contó toda su verdad. —Entonces, mi padre fue un hombre infiel, y mi madre, la mujer que con descaro lo hizo. —No lo sé, solo puedo hablar desde mi perspectiva, antes guardé rencor, pero ahora no lo hago más, Alana y yo cometimos errores, padecí de mis errore
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