Capítulo 41; Tranquilizar preocupaciones.
El helicóptero se detuvo en el techo de la mansión de la isla, habían regresado a su lugar de entrenamiento y su hogar temporal, el trayecto como siempre había sido largo y Amaia había permanecido particularmente callada, es por eso que en cuánto bajaron Nikolay la observó con interés. —¿Está todo bien Amaia?— le preguntó con un pequeño tono de preocupación. —Sí claro, está todo bien. ¿Por qué lo dices?—No lo sé, pareces bastante retraída, sé que el trayecto es largo y un poco agotador pero has estado particularmente callada, tu y yo sabemos que no eres así, sueles hablar mucho aún cuando hay cosas que te preocupan, pero este silencio me resulta bastante extraño así que, si hay algo que realmente esté ocupando tu mente me gustaría saberlo. ¿Sucedió algo con tu hermana?—No, Aimara está muy bien. Me contó que mi padre, por fortuna se ha estado portando bien y ha estado esforzándose en trabajar para levantar el poco prestigio que le queda su pequeña empresa, sus clases van muy bien,
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