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Todos los capítulos de Amor Salvaje: Capítulo 31 - Capítulo 40
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31. Umbral de Magia
Latte y Alora también notaron la transformación que se operaba en las tierras que los rodeaban. Sus ojos se abrieron con asombro, y sus pasos se hicieron más cautelosos. Era como si el bosque mismo estuviera tejiendo una trama de magia en torno a ellos, transformando el entorno a medida que avanzaban.El cambio en las tierras no era solo físico, sino que también emanaba una sensación de poder y misterio. Las raíces de los árboles se entrelazaban, formando arcos como puertas hacia lo desconocido. El suelo, antes firme bajo sus pies, comenzó a ceder, como si la tierra misma les extendiera una invitación a adentrarse en su interior.Anabella tenía la sensación de que estaban cruzando un umbral, un punto de no retorno. El bosque, con su magia ancestral y sus secretos profundos, los envolvía en un abrazo misterioso. Las voces del viento y las sombras de los árboles parecían susurrar que estaban avanzando hacia algo que trascendía su comprensión.El instinto de Anabella la impulsaba a conti
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32. Enfrentamiento en la Oscuridad
Un pequeño grupo de enemigos se estaba acercando sigilosamente, liderado por el infame Merik, un cazador cruel y astuto. Merik había jurado acabar con la manda de lobos, para satisfacer a su señor el demonio Rojo y su avance hacia ellos era un recordatorio constante de esa amenaza.Pero Alora no era la única en percibir el peligro inminente. Anabella, quien se había transformado en una loba en perfecta armonía con su entorno, aspiró el aire con su hocico y captó el inconfundible olor de la hostilidad que viajaba con el viento. Su pelaje se erizó y sus ojos amarillos brillaron con una intensidad feral.El grupo enemigo se acercaba con sigilo, listo para desencadenar un enfrentamiento mortal. La tensión en el aire era palpable, y la manada Beast sabía que estaban en un momento crítico de su historia. Mientras el sol descendía en el horizonte y las sombras del bosque se alargaban, el destino de Alora y sus compañeros pendía en un equilibrio precario, prometiendo una emocionante y peligro
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33. Sacrificio en la Batalla
El enfrentamiento comenzó con un estruendo, y el suelo tembló con la ferocidad de su choque. Anabella avanzó con gracia, esquivando los ataques de Merik y contraatacando con precisión. Cada mordisco y zarpazo eran ejecutados con maestría, mientras que Merik respondía con movimientos rápidos y astutos.La batalla se convirtió en un torbellino de velocidad y fuerza, con ambos luchadores demostrando sus habilidades sobrenaturales. Cada rugido, gruñido y chisporroteo de energía mágica llenaba el aire, creando una atmósfera cargada de tensión.La lucha era feroz, y ninguno de los dos mostraba signos de retroceder. Ambos estaban decididos a prevalecer, y el resultado de esta batalla épica colgaba en el equilibrio de la habilidad, la fuerza y la determinación de dos enemigos destinados a enfrentarse hasta el final.En medio de aquel oscuro bosque, una batalla feroz y sangrienta se desataba, donde lobos y demonios luchaban con un fervor indomable. La maleza y los árboles eran testigos mudos d
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34. El Vínculo Inquebrantable
En medio de la ardiente batalla, Anabella, en su forma de loba, bajó momentáneamente la guardia ante Merik, el demonio que la amenazaba. Fue un gesto audaz y arriesgado, un acto de valentía que desafió a su enemigo. Merik, aprovechando la aparente vulnerabilidad de Anabella, se lanzó hacia ella con toda su fuerza, sus garras afiladas como cuchillas centelleando con malicia.Sin embargo, en el último momento, Anabella reaccionó con una agilidad asombrosa. Sus garras se alzaron y bloquearon las de Merik, deteniendo su letal ataque. La fuerza y destreza de Anabella demostraron que no era una oponente que se rindiera fácilmente.La lucha de poder y voluntad se reflejaba en sus miradas, mientras Anabella sostenía el ataque de Merik. En un movimiento rápido e inesperado, Anabella desvió su mirada hacia su mano izquierda, que sostenía el anillo que ocultaba su poder. Con un rápido movimiento, Merik logró cortar el anillo, liberando una oleada de energía que la rodeó.El anillo, que había man
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35. Fuego en el Bosque
La lucha con Merik había alcanzado un punto crítico, y el peligro aumentaba tanto para el demonio como para la loba, Anabella. Los lobos que aún estaban en pie luchaban con una ferocidad desmedida, siguiendo el ejemplo de Anabella y enfrentando a los demonios con determinación.Merik, el demonio despiadado, estaba recibiendo golpes firmes pero letales de parte de Anabella. Cada uno de sus movimientos era ejecutado con precisión y rapidez, y sus colmillos y garras brillaban con un deseo feroz de vencer a su enemigo. Un golpe seco y certero impactó en el pecho de Merik, lanzándolo hacia atrás con violencia. El impacto lo hizo retroceder, pero su determinación era indomable.Merik, con sus garras afiladas como cuchillas, rasgó el suelo en su frenética lucha por recuperarse y contraatacar. El bosque temblaba con la intensidad de la batalla, y el aire estaba cargado de magia y furia. La loba y el demonio se enfrentaban en un duelo a vida o muerte, y el destino de ambos colgaba en el equili
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36. El Sacrificio
Con una ferocidad implacable, Merik se abalanzó sobre el valiente lobo, sus garras afiladas como cuchillas descendieron con una precisión letal.El impacto fue devastador. Las garras de Merik atravesaron el pelaje de Bronnie con un corte limpio y mortal. Un gemido de dolor escapó de los labios de Bronnie mientras caía al suelo, su mirada reflejando el sufrimiento que lo consumía. El bosque, que había sido testigo de la valentía y el sacrificio de los lobos, quedó sumido en un silencio lúgubre.La vida de Bronnie se desvanecía rápidamente, y sus compañeros lobos miraban con impotencia mientras su valiente amigo caía. La muerte de Bronnie fue un recordatorio sombrío de los peligros mortales de la batalla y de la crueldad despiadada de Merik.El sacrificio de Bronnie para proteger a sus seres queridos fue un acto heroico que sería recordado en la historia de la manada, y su pérdida dejó un vacío en los corazones de aquellos que habían luchado a su lado. La batalla continuaba, pero la mem
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37. El Último Asalto
La batalla estaba lejos de haber llegado a su fin, y el destino de todos los involucrados pendía en el equilibrio de la lucha.De la nada, más carpas rojas se reunieron en el campo de batalla, rodeando a los lobos de Sheridan, a las órdenes de Merik. La situación se volvía aún más crítica, con Latte y sus hombres, así como Casius y los suyos, atrapados en un cerco de enemigos.— ¡Protejan a Anabella y a los heridos! —gritó Casius con una voz llena de autoridad y determinación. Sus hombres, al igual que los que estaban bajo el mando del alpha Latte, acataron las órdenes con valentía y se dispusieron a rodear y proteger a los heridos, creando un escudo protector para su manada.La batalla alcanzaba un nivel de intensidad que ponía en juego la supervivencia de todos. La esperanza descansaba en los hombros del alpha Casius, quien se erguía como un líder valiente y decidido. El destino de todos los involucrados estaba en la balanza, y la batalla se convertía en un desafío épico donde la va
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38. El Veneno de la Venganza
El sonido de la carne desgarrándose llenó el aire, y Merik emitió un grito de dolor mientras sentía el arma improvisada perforar su pecho.El demonio, aturdido y herido, comprendió que algo estaba terriblemente mal. La punzada en su corazón advirtió que su vida pendía de un hilo. La valentía y la determinación de Anabella habían resultado en un golpe mortal que podría cambiar el rumbo de la batalla. La lucha alcanzaba un punto crítico, y el destino de todos estaba en juego.Merik, el demonio despiadado, cayó al suelo con un gemido de agonía mientras sentía que una sustancia venenosa recorría su cuerpo. La sensación era como si un veneno letal se extendiera por sus venas, llenándolo de un tormento insoportable.La respiración de Merik se volvió cada vez más dificultosa, como si el veneno lo ahogara desde adentro. Sus ojos brillaban con un miedo impotente mientras luchaba por obtener aire, pero la sustancia venenosa parecía consumirlo desde dentro.Su piel se tornó pálida y seca, y come
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39. Lazos de Sangre y Esperanza
Mientras terminaban el emotivo homenaje a sus compañeros caídos, todos se dirigieron hacia el fuerte de la manada Hunters, ajenos al ataque de los demonios a unas millas de distancia. La sombría realidad de que otra manada había sido asaltada por el enemigo en su camino hacia ellos permanecía oculta.Zuke seguía retenida y vigilada, cumpliendo las órdenes de Arcelia. La inquietud de que Karios pudiera lanzar un ataque pesaba como una losa sobre su ánimo, y cada hora que pasaba allí la torturaba aún más.Después de horas de camino, Casius y sus hombres finalmente divisaron el fuerte. Aunque era un alivio para los más heridos llegar al lugar, para Casius y Anabella, la preocupación se hacía más intensa al darse cuenta de la pérdida de tantos valientes guerreros en el camino. La incertidumbre sobre el estado del fuerte y sus habitantes añadía un nivel adicional de ansiedad a la situación.Las trompetas de los vigías en la torre del fuerte resuenan, advirtiendo de movimientos en las cerca
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40. Unión en el Dolor
—claro... Por favor Anton tu esa parte. Tú Claris puedes empezar... Por allí — dijo Arcelia. Mientras que sanaba las heridas del lobo que ella estaba atendiendo. A pesar de ser tres que estaban cooperando curar las heridas de los heridos, no daban abasto.En medio de la tarea de curar las heridas de los heridos, Arcelia se encontraba dirigiendo la operación. Anton se preparaba para encargarse de una parte específica, mientras Claris se disponía a comenzar su labor. El ambiente estaba tenso, ya que a pesar de que eran tres personas trabajando juntas para sanar las heridas del lobo herido, la demanda era abrumadora y no tenían suficiente tiempo para atender a todos adecuadamente.—Nosotras podemos ayudar... — dijo Alannis al entrar en la habitación acompañada de Sai. Los hombres heridos fijaron sus ojos en las dos jóvenes. El nerviosismo de Sai era palpable, y lentamente se escondió detrás de Alannis.Alannis y Sai hicieron su entrada decidida en la habitación, ofreciendo su ayuda sin t
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