34. El Vínculo Inquebrantable
En medio de la ardiente batalla, Anabella, en su forma de loba, bajó momentáneamente la guardia ante Merik, el demonio que la amenazaba. Fue un gesto audaz y arriesgado, un acto de valentía que desafió a su enemigo. Merik, aprovechando la aparente vulnerabilidad de Anabella, se lanzó hacia ella con toda su fuerza, sus garras afiladas como cuchillas centelleando con malicia.Sin embargo, en el último momento, Anabella reaccionó con una agilidad asombrosa. Sus garras se alzaron y bloquearon las de Merik, deteniendo su letal ataque. La fuerza y destreza de Anabella demostraron que no era una oponente que se rindiera fácilmente.La lucha de poder y voluntad se reflejaba en sus miradas, mientras Anabella sostenía el ataque de Merik. En un movimiento rápido e inesperado, Anabella desvió su mirada hacia su mano izquierda, que sostenía el anillo que ocultaba su poder. Con un rápido movimiento, Merik logró cortar el anillo, liberando una oleada de energía que la rodeó.El anillo, que había man
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