- ¡Es su vida! - Odette me cogió del brazo, tirando de mí hacia la puerta.Lucca sacudió a Odette por los hombros, completamente aturdida. Había mucha gente en la habitación y todos hablaban nerviosos al mismo tiempo:- Odette, tienes que ir al embarcadero y cruzar por mar. Vamos a subir a mi madre al helicóptero. Aimê, tienes que subir a ese avión.- ¿Y si... ¿Ha sido envenenada?- ¡Prefiero no pensar en esa posibilidad! - Su voz sonaba débil.- ¡Cógela, Odette! ¡Ahora mismo! - Catriel se mostró firme, ordenando.Odette me sacó de la habitación y lo siguiente que supe, aunque no quería, fue que estaba bajando corriendo las escaleras y dejándolo todo atrás, mientras las lágrimas se agolpaban en mis ojos, dificultándome la visión al bajar los escalones.En cuanto llegamos a la puerta principal del castillo, había un coche, seguramente el que nos esperaba para llevarnos al helipuerto. En cuanto el conductor nos vio, abrió la puerta:- ¡Tenemos que irnos pronto, Alteza, o llegará tarde!
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