—Por ejemplo, en esta situación, tomar a una compañera como rehén con un cuchillo solo ha empeorado tus delitos. Camilo, suelta el cuchillo. Tal vez aún tengas la oportunidad de enmendar tus acciones, pero si insistes en seguir cometiendo errores, nadie podrá salvarte.Aparentemente, después de la negociación de Hans, Camilo había disminuido la fuerza con que sostenía el cuchillo. Dafne también se sintió un poco aliviada.Rodrigo intentó persuadirlo:—Camilo, suelta a Dafne. Podemos hablar sobre cualquier dificultad que tengas. Mira, Hans está aquí. Aunque la decisión corporativa no se puede cambiar, si tienes dificultades, tanto Hans como yo tenemos la capacidad de ayudarte.Después de escucharlo, la actitud de Camilo se relajó un poco...De repente, sonó un timbre de teléfono. Era una llamada de la esposa de Camilo. Sosteniendo el cuchillo, contestó la llamada con la otra mano:—Cariño, perdí mi trabajo… ¡Por favor, no te divorcies de mí! ¡No puedes llevarte a los hijos lejos de mí!
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