***Flashback. La mañana se presentaba fría, como cualquier otro día en que Karina despertaba. Aunque el clima seguía siendo un tormento que la vinculaba a la ausencia de su amigo Justin, comenzaba a acostumbrarse a su falta.Descendió a la sala en busca de algo de comida, dado que Silvano, como de costumbre, se había ido temprano. Mientras bajaba las escaleras, notó a Harold, el asistente de Silvano, sentado en los sofás, leyendo una revista con la televisión encendida y varias latas de cerveza en la mesa de centro.—Oh, vaya, por fin, señorita —el hombre levantó la vista y le dedicó una sonrisa al verla—. ¿Tiene hambre? ¿Quiere que le prepare algo de comer?.—No, estoy bien, lo haré yo.Karina se encaminó a la cocina y preparó un sándwich. Mientras comía sin mucho entusiasmo y absorta en sus pensamientos, Harold la observaba, reflexionando sobre lo desafortunada que era por todo lo que había pasado.—¿Cree que estando así podrá devolverlo a la vida?.La pregunta abrupta del hombre,
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