Cuando me casé con Amir, pensaba en una vida feliz y larga a su lado, que estaríamos juntos hasta el fin de nuestros días y tendríamos una familia bonita, grande y llena de amor. Me casé con muchas ilusiones, no solo personales, sino en pareja. Deseaba hijos, pero nunca llegó el momento adecuado para tenerlos y ahora agradezco que entre nosotros no hubiera un punto medio.Ahora que estoy un paso más cerca de firmar el divorcio y desligarme para siempre de Amir, solo puedo sentir nostalgia. Los años que vivimos juntos los llevaré en mi corazón para siempre, porque hubo momentos donde fui muy feliz y me sentí la mujer más dichosa, pero no estábamos hechos para pasar toda una vida juntos. Lo quise y siempre lo voy a querer, más no a amar como en realidad hubiese deseado. A mi mente llegaron momentos donde fuimos uno solo y que me sacaron varias sonrisas. No todo fue malo entre nosotros, había instantes bonitos, como cuando se sentaba a mi lado y me abrazaba a escuchar los sueños que ten
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