Ella Mientras cierran la puerta, miro a Sinclair y sonrío. No tengo palabras, pero su expresión me deja saber que siente exactamente lo mismo que yo. Calor, felicidad y con un poco de miedo por ahora tener que cuidar de esta personita, pero emocionado. Absolutamente emocionada de estar aquí, con él. "Estuviste increíble, Ella", Sinclair murmura, levantando mi barbilla con el dedo mientras se sube a la cama conmigo, ignorando el hecho de que está un poco... bueno. Que estas sabanas tendrán que ser destrozadas por no decir otra cosa. Pero a Sinclair sé que no le importa. Él solo quiere estar cerca de mí, cerca de nosotros. "Él es increíble", digo, enfocando mi atención hacia mi bebé y acercándome para darle un beso en la cabeza. Me río cuando lo veo retorcerse. "Dios, no pensé que se enojaría tanto. ¡Qué niño más enojado!", digo, pasando un dedo por su perfectamente suave cachetito mientras maúlla y da pequeños gritos. "No seas así con él", Sinclair dice, con un poco de
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