"Estás mojando todo el lugar, ¿sabes?", le digo amargamente y cruzando los brazos sobre el pecho mientras avanzamos por los pasillos. "¿Ah, sí?", pregunta él, sonando demasiado satisfecho consigo mismo. "Desde mi punto de vista, parece que eres tú quien está mojando el precioso parqué del Rey". Tiene razón. Yo soy la que está toda mojada, pero me llevé una toalla a los baños y él la dejó ahí en su determinación de ser un odioso. Al mismo tiempo, su lobo gruñe en mi cabeza, haciendo declaraci
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