— Soraya. - Geane arquea una ceja como si fuera una sorpresa haberme visto. — Bien que me dijeron que estabas trabajando en la limpieza. ¿Te gusta el trabajo?La forma en que ella disertaba, estaba repleta de maldad, soberbia, derrochando la verdadera persona que ella es. Por increíble que parezca, Diana, que antes me miraba por encima de su nariz empinada, se agachó mínimamente para poder ayudarme a levantarme.— Gracias. - desconfiada, le agradecí. Ya de pie, me enfrenté a mi ex-suegra. — Conseguí ese trabajo gracias a Dios. Es de limpieza, sí, pero no tengo de qué quejarme, está borrando mis cuentas y ayudándome en mi objetivo.— ¿Y cuál sería su objetivo? Porque conseguir un hombre rico trabajando en esa área, será muy difícil.Sonrío sin ganas de hacerlo.— Lo que yo busco en ese lugar, no le interesa a usted ni a nadie más. Sería genial si te dieras la vuelta y volvieras a tu coche negro, idéntico a tu alma, y llegaras a casa y te purificaras de toda la maldad que traes en tu cor
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