—Tirate en la cama y abre las piernas —Y cuánto lo escuché, mi cuerpo, por un momento no respondió. Y hizo lo que él pidió, pero aún así algo dentro de mí buscaba la resistencia, algo dentro de mí se encendió, era como una pequeña chispa que había hecho olvidar el miedo que un momento hace sentir. Y me subió una corriente eléctrica que me hizo sentir viva y recordé que soy una persona fuerte, no voy a dejarme de él, puede tenerme aquí y hacer todo lo que quiera conmigo. Pero no va a dominarme no cien por ciento. — Nada de besos — Le gruño quitando mi cara del frente para no tener que verlo, pero siento uno de sus dedos largos, sobre la piel mi mejilla y luego acariciando por completo la parte izquierda de mi cara. Luego se mantiene un rato allí y toma mi mentón con fuerza y me hace verlo y sus ojos son tan oscuros con un brillo tan malvado. Y hace que me excite y sé que lo nota por qué sonríe de forma burlesca. — ¿Así que te atreves a decirme qué debo hacer y que no?— pregunta con
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