La vida te podía dar un giro de 180 grados y dejarte más vivo que muerto durante esa vuelta. Alessandro se odiaba así mismo, por haberle permitido tanto a Andrea, que se sentía sucio. Jamás supo sobre los negocios de su padre, él siempre viajaba y le enviaba fotos de sus comidas. Realmente, era un perfecto mentiroso. Nunca sospechó de él, hasta que Fabrizio abrió una investigación completa hacia su familia.En la Cosa Nostra, solo había pocas cosas que no estaban permitidas. Golpear a una mujer, contrabando de personas, meterse con los niños, violaciones, faltarle el respeto al líder y llevarle la contraria.Él sabía, perfectamente, que más de una vez pasó el límite con Fabrizio, pero las veces que lo hizo tuvo sus razones. Una fue por Alessandra y la otra por Emma. Solo que las dos habían sido víctimas del hombre que una vez fue su ejemplo a seguir.—¿Dime en donde están? —le preguntó Alessandro a Cristal, cuando llegó al hotel donde ella se estaba quedando.La chica lo miró y se sor
Leer más