Leandro la miró fijamente con una mirada lúgubre, pero siguió sin hablar.A Julieta no le importó su reacción y continuó: —¿Alguna vez has pensado que, aunque tu esposa siga viva, tal vez no quiera verte?Dijiste que la lastimaste mucho y que no te perdonó incluso cuando murió. —Ella lo miró con frialdad y enunció palabra por palabra—. Entonces, ¿por qué crees que ella, si está viva, te perdonaría ?Cuando terminó de hablar, sintió que Leandro temblaba un poco y la expresión de su rostro se volvió rígida. Pero no sabía por qué, verlo así la hacía sentir un poco cómoda.—El dolor y las lesiones que ha sufrido no se pueden recuperar. Es imposible fingir que no pasó nada. Si de verdad está viva, definitivamente hará todo lo posible para evitarte, porque es la única forma de empezar de nuevo. —Después frunció los labios y se burló—. Incluso si ella te amaba, mientras le causes suficiente dolor y decepción, nunca volverá a acercarse a ti. Porque nadie querría repetir los mismos errores.El
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