Epílogo.Ocho meses después.—¡Lo siento, amor, lo siento! ¡Juro que nunca nunca nunca más te hago otro bebé! —gritaba Matt mientras sentía la mano de su esposa apretando la suya con tanta fuerza que sentía que se la rompería de un momento a otro.—¡¿Cuál otro me vas a hacer si ya me hiciste dos?! —gritó Heilyn desesperada por encima del doctor que le pedía otro esfuerzo para la siguiente contracción.—¡Es que no fue mi culpa, me entusiasmé de más! —intentó defenderse Matt—¡Yo te voy a enseñar a ti lo que es entusiasmo! —exclamó Heilyn y el grito que salió de su garganta le sacó a su esposo un puchero solidario.—¡Todo va a estar bien, nena! ¡Todo va a estar bien, te lo prometo! ¡Otro empujoncito, vamos! ¡Tú eres mi guerrera, tú puedes, vamos, tráeme a esos bebés!Lo que siguió fue una mirada muy asesina y el rostro de Heilyn poniéndose rojo mientras daba todo de sí para que aquel bebé saliera.—¡Tenemos un niño! —exclamó el doctor emocionado, porque hasta ese momento los bebés no se
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