ANDREAAntes de que caiga la tarde, después de finalizar la última clase, salgo deprisa del edificio y me encamino hacia la parada de autobuses, donde antes tomaba el transporte. Ahora que trabajo cuidando a los mellizos, Teo, el chofer de esa casa, me deja en las mañanas y a medio día pasa por mí, pero hoy, me iré más temprano, ya que debo hacer algo que tengo pendiente.El ruido de un motor, me hace girar la cabeza para saber quién se acerca. Un auto de tono azul oscuro anda a vuelta de rueda casi al borde del sendero por el que voy caminando. No dejo de caminar, incluso él se adelanta un poco de mí y se detiene. Cuando paso junto a su lado, la ventana del lado de copiloto baja lentamente.Aunque lo haya visto de reojo, por cautela, no me detengo. Continúo caminando y en eso oigo un silbido, luego una voz conocida pronuncia:—¡Hey, chica guapa! —Me grita.Automáticamente, me vuelvo para ver a esa persona y compruebo de quién se trata. Arturo está con la cabeza hacia fuera de la vent
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