— ¡Mal…di…ta! ¡Me…gol…peas..te! — dijo Benjamín con voz entrecortada. — ¡Te dije que no me ibas a tocar más!— gritó ella— ¡Y no te atrevas a acercarte, porque te juro que te mato, maldito! Benjamín se levantó con dificultad y la vió de pie, con la blusa hecha jirones, enarbolando un arma en contra de él. Decidió quedarse tranquilo, «ya le pediría a la chica que le quitara él cuchillo y le ajustaría las cuentas a ésta igualada de Emma»; pensó. Los días se hicieron eternos para Christopher, esperaba los resultados de toxicología, para junto con Nathaniel poder ir y rescatar a Emma de las garras de Benjamín. También fue dura la espera, para su yerno, tener que sacar el cuerpo de su padre de donde debería estar tranquilo, no fue fácil, fueron los días más largos para ambos. Después de tres días Nathaniel recibió la tan ansiada llamada de medicina forense, ya tenían los resultados toxicológicos. — Mi querido señor Hastings, sus sospechas son ciertas, su padre fue envenenado, puede p
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