Los tragos demás cumplen como siempre su cometido y cuando Ana Isabel, se dispuso a levantarse para ir al tocador, sintió que todo le daba vueltas alrededor. Su móvil iba a reventar de tantos mensajes que Lauren le enviaba, aunque no quisiera debía alejarse de su James por unos minutos, ya que por poco comete un error y le confiesa la verdad. “No puedes decirle la verdad, Ana Isabel o todo estará perdido” pensó en silencio. De la misma forma que ella, Miguel también estaba un poco descontrolado en sus pensamientos, era mejor callar, ya había hablado más de la cuenta, y eso podía echar por tierra su tan adelantado plan. Ella fue hasta el tocador, se arregló un poco el cabello y retocó su labial, revisó su móvil y apenas pudo contestarle con un “todo ok” a su ansioso amigo. Regresó a la mesa, Miguel la esperaba de pie, dispuesto a salir de aquel restaurante y ver si la noche le tenía un mejor plan. Los últimos mensajes entre ellos, iban subiendo de tono por lo que al verla sonrió
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