NO LLEVA TU MARCA. Habían pasado tres días desde la pelea entre Cassian y Aylin, el alfa salía todas las mañanas antes de que saliera el sol y volvía a casa, casi al anochecer. Las pocas veces que habían estado en una misma habitación, no se dirigían la palabra. En opinión de Aylin, su matrimonio era horrible. La única luz brillante al final del túnel era su padre, quien, según las sanadoras, se recuperaba poco a poco, sin embargo, no aún, no estaba consciente. ―Huele delicioso ―una voz demasiado conocida para Aylin, la sacó de sus pensamientos. ―¿Son galletas de avena? Lyall, entró en la cocina con una sonrisa soñadora. A pesar de la advertencia de Cassian de mantenerse alejado, no lo hizo. ―Sí. ―Aylin sonrió y le dio una ―Es la receta de mamá, ¿recuerdas cuando las preparaba para nosotros? ―pregunto con voz ahogada. Aún le costaba aceptar la pérdida de su madre. ―Aylin… ―Lyall se acercó tratando de consolarla ―¿Por qué te condenaste a esto? ¿No hubiera sido más fácil volver con
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