Alejandra se quedó sin palabras, a decir verdad no podía creer lo que escuchaba de los labios del aterrador CEO, le acababa de pedir que se quedara a su lado, ¿cierto? — Quédate a nuestro lado Alejandra, sé que antes de llegar aquí tenías una vida, un novio al que querías, y que te quería, pero el destino nos puso en el camino, estamos juntos, somos esposos, eres mía, yo... soy tuyo, no puedes marcharte — La voz de Deeguel, parecía una súplica de amor, él en verdad no quería perderla— Deeguel, antes de esto te confieso que no quería quedarme, lo que hiciste al comienzo y el que me expusieras para llevar a cabo tus planes para aplacar la ira con tus enemigos, me decepcionaron mucho de ti, yo creí... qué nunca llegarías a quererme, que tú corazón frío nunca me iba a aceptar — Me robaste el corazón, eres una bandida, te has apoderado de mis sentimientos, ni siquiera sé cómo hiciste para sacarlos a la luz, Alejandra, quiero que seamos un matrimonio real, no solamente por qué te amenacé
Leer más