Cap. 25
Solo media hora después de haber celebrado aquella lujosa boda, los novios se despidieron de los invitados y partieron a disfrutar de su noche.—Gracias por este bello momento, lo atesorare como un bello recuerdo.— dice Irene, recostando su cabeza en el hombro de su ahora esposo.—Soy yo quien te agradece, sobre todo por darle un poco de luz a mi vida.— enseguida Bruno deja un dulce beso en su cabello.Durante el trayecto ninguno dice nada, sobran las palabras para aquello que estaban sintiendo, aunque Bruno se negaba a aceptarlo, en el fondo sabía que había empezado a enamorarse de su ahora esposa, e Irene igual podía sentirlo, y así se derrumbó el muro que ella había levantado para no salir lastimada.una hora más tarde el chófer les indicó que habían llegado, era una hermosa casa no tan grande como la mansión, pero si más cálida, aquella también era propiedad de Bruno.—Te gusta?— le pregunta Bruno al ver lo maravillada que se encuentra su esposa.—Es realmente genial, casi creo qu
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