—Mmm, tengo que admitir que esa táctica de atraer para después dar libertad realmente funciona, ahora sí que he empezado a pensar un poco en ti.Cedro observaba la nuca de Fabiola mientras inhalaba profundamente, y con tono sarcástico y burlón dijo.Fabiola giró la cabeza, sus ojos claros y penetrantes se fijaron en Cedro, como si quisiera ver a través de él: —Cedro, deja de intentar ponerte una corona de oro, en mis ojos, ¡ahora no eres más que un montón de mierda!Esas palabras tan vulgares dichas por Fabiola lo dejaron a Cedro en shock por un momento, hasta que su rostro se puso rojo de ira: —¡Vulgar! ¡Vulgar! Fabiola, eres demasiado vulgar, de verdad, te has manchado con la que has estado cerca, casándote con un hombre pobre has llegado a ser vulgar.Fabiola sonrió en un arco burlón: —Correcto, somos vulgares, pero a diferencia de ti, que tienes apariencias engañosas, al menos somos transparentes y abiertos.—¡Tú! —Cedro, furioso, hizo un gesto brusco con la mano. —Muy bien, Fabiol
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