Ximena: —Si quieres venir, no te detendré, además, también quiero pasar la víspera de Año Nuevo con Leo.— Dicho esto, Ximena se levantó. —Voy al baño.Al pasar junto a Alejandro, este repentinamente extendió la mano y agarró el brazo de Ximena.Ximena aún no había reaccionado cuando Alejandro la atrajo hacia sí.Él la abrazó firmemente, sin intenciones de soltarla.Ximena, sorprendida, abrió los ojos grandes y, con la cara roja, murmuró: —¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame, los niños están aquí!—Alejandro,— su aliento cayó sobre el cuello de Ximena.Una sensación de hormigueo se extendió por todo su cuerpo.Ximena lo empujó ligeramente. —Si tienes algo que decir, suéltame primero.Alejandro, con los ojos como abismos, con los labios ligeramente entreabiertos, con voz suave, dijo: —Estemos juntos.Ximena se quedó paralizada.Su cuerpo se volvió rígido gradualmente por sus palabras.Su corazón latía rápidamente, sin saber cómo responder.¿Estar juntos?Sintió que no debería ser ahora.P
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