Valleluz. Cuando Ximena y Alejandro llegaron, el personal de servicio trajo a los pequeños de regreso.Al bajarse del coche, Ximena se quedó mirando a Liliana, vestida con un vestido de princesa amarillo pálido y una capa roja sobre los hombros, y se quedó un momento sorprendida.Liliana generalmente vestía de manera más informal, y después de unos días sin verla, la verla vestida como una pequeña princesa fue una sorpresa.Sintiendo la mirada, los dos pequeños voltearon hacia Ximena.Sus ojos se iluminaron de alegría y rápidamente la llamaron: —¡Mamá!—¡Mamá, has venido!Liliana corrió hacia Ximena primero, se lanzó a sus brazos y se frotó contra ella. —Mamá, Liliana te extrañaba mucho.Ximena se inclinó para levantar a Liliana, pero Alejandro intervino: —Tu lesión en la clavícula aún no ha sanado.La mano de Ximena se quedó suspendida en el aire, y miró a Liliana con una expresión de disculpa. —Lo siento, Liliana, mamá aún no puede abrazarte.—No te preocupes, mamá— respondió Lil
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