Capítulo627
Simona, tratando de calmar sus nervios, respondió:

—Sí, soy yo. ¿Tienes tiempo? ¿Podemos encontrarnos ahora?

—¡Por supuesto!— Mariano respondió de inmediato. —¿Dónde estás? ¡Voy por ti!

—Estoy en casa.

—¡En diez minutos!

Diez minutos después, Simona esperaba a Mariano abajo del edificio de apartamentos.

Ella subió al coche y ambos permanecieron en silencio, visiblemente nerviosos, durante el trayecto.

Hasta que, a mitad de camino, Mariano no pudo contenerse más y apretó el volante, preguntando:

—¿Por qué me buscaste hoy? ¿Hay algo que quieras decir?

Simona tragó saliva y miró hacia fuera por la ventana del coche.

—Vayamos a tomar... tomar té.

Mariano se quedó perplejo. Simona nunca había sido una persona que tomara té, ¿por qué de repente quería té hoy?

Cuando llegaron al café, Mariano pidió dos tazas de té y le ofreció una a Simona.

Ella la aceptó y dijo,

—Gracias.

Mariano se sentó frente a ella, observando atentamente su expresión.

Viendo un rastro de fatiga en sus ojos, Mariano
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