Ximena levantó a Liliana, que lloraba sin cesar, y le acarició suavemente la espalda para consolarla. Liliana enterró su cabeza en el cuello de Ximena, sollozando sin parar.—Mamá, no quiero que la abuela se vaya, buaaa, no quiero que la abuela se vaya...Ximena abrazó con fuerza el pequeño cuerpo de Liliana, con voz y lágrimas, —Lo siento, mamá no protegió bien a la abuela, es culpa de mamá...Nicolás y Leo tenían los ojos hinchados, sin saber cómo consolar.—¿Por qué?De repente, Alejandro, que había estado parado en su lugar sin moverse, habló con voz ronca, con un tono de silencio en su tono.Ximena levantó la mirada hacia él, con culpa y autoreproche en sus ojos. —Lo siento.Alejandro apretó los labios con fuerza, llevando consigo toda su hostilidad mientras se acercaba lentamente a Ximena.—Ximena, ¡dime! ¿Por qué arruinaste todo para mí? ¿Por qué destruiste a mi madre?Arruinaste, Ximena frunció el ceño sorprendida, — ¿Qué quieres decir con que te arruiné?—En este punto, ¿to
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